De la Bolsa a la Fe

Una vez pensé que podía hacerme rico apostando en acciones, pero las cosas no salieron como planeaba. Cada vez que revisaba mis inversiones, mi corazón latía más rápido que cuando juego a la lotería. Sí, ¡así de arriesgado era!

Después de algunas pérdidas significativas, decidí que era hora de un cambio de estrategia. Así que aquí estoy, invirtiendo en oraciones.

Ahora, cada vez que mi aplicación de acciones me da malas noticias, simplemente cierro los ojos y rezo. Es menos estresante y, quién sabe, tal vez el poder de la fe me traiga mejores resultados que el análisis técnico.

Así que si alguna vez te sientes atrapado en el mundo de las inversiones, recuerda: a veces, lo único que puedes hacer es orar y esperar que el destino esté de tu lado.