Cuando los sueños se vuelven realidad
En la penumbra nace la promesa de la realidad,
las manos del tiempo la moldean en verdad;
cada duda se disuelve en nueva claridad,
y el mundo despierta bajo la luz de la ciudad.
Se siembran días con ritmo de flor y color,
la esperanza palpita y abre su secreto amor;
cada paso erige puentes llenos de esplendor,
y lo que fue susurro se alza en vivo ardor.
Así los sueños aterrizan y nombran destino,
se vuelven senderos que impulsan mi camino;
la fe convierte lo frágil en brillo cristalino,
y el alma celebra lo alcanzado, canto divino.